Más allá de la fuerza que se impone
Existe un lago de aguas vivas y claras
Donde beben aquellos que la voluntad dispone
A encontrar paz y serenidad donde la vida misma manda
Un lugar de espacios verdes, de flores y guirnaldas, de cabellos al viento y sonrisas jóvenes
Existe ese mundo donde bailar de manos dadas se hace vida y luz
Entrelazar manos en el silencio, dejando la luz de la conciencia disolviendo-se suavemente
En silencio, siempre en silencio – para no perturbar durmientes caminando sin saberlo
Sólo con la presencia, el dejar-se ir para el corazón del otro:
después de un “si” forjado a la luz del alma, dentro del templo más secreto
A partir de ahí, caminamos vivos y somos una misma identidad.
Sonreímos entre los que escogieron ruido para su regresar
Tu y yo somos luz.
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